SOMOS
Son cepas viejas, del tamaño de un hombre
También es la interpretación más natural y sincera del trabajo que hacemos en la viña y lo que ella expresa, unos vinos ágiles y vivos, reales y auténticos.
Es un sueño de Pablo Arranz y
Andrea Sanz
que comienza a caminar y tomar
forma en el año 2005.
En 1999 llega a nuestras manos la primera parcela familiar, con un maravilloso viñedo plantado 80 años antes. Un suelo arenoso en una ladera norte. Cepas grandes, magnas vides como pequeños árboles, divisando la cuenca del río Gromejón.
Ponemos rumbo hacia las tierras castellanas desde nuestra Madrid natal. Un cambio de vida con un sueño en mente: empezar una vida en el campo, cuidar el viñedo de nuestros antepasados y elaborar un vino excelente, coherente con nuestra forma de ver la vida.